Gran parte de
nuestra autoestima tiene que ver con los mensajes que recibimos de los demás,
de cómo los interpretamos y qué mensajes nos damos a nosotros mismos.
No podemos
cambiar a las otras personas, pero sí que podemos cambiar la forma “como nos lo
tomamos”. En todo caso, si tenemos cerca a una persona tóxica, que nos
transmite negatividad o nos hace sentir mal en algún sentido, sí que está en
nuestra mano tomar la decisión de apartarnos.
1. Soy
responsable de mis propios sentimientos. Es importante tener en cuenta que
soy yo quien decide cómo sentirme. Una persona me puede decir que “soy un
hortera”, y yo elijo cómo sentirme: me puedo deprimir pensando que tiene razón,
me puedo enfadar y contestarle mal, o puedo echarme a reír y contestarle que
“le darán un premio en diplomacia y que en todo caso es sólo su opinión”. Yo
decido cómo reaccionar y cómo responder ante la crítica.
2. La opinión
de los demás no es una sentencia. La opinión de los demás no es más que eso: una opinión. Y
la debemos tomar como tal. Cuando alguien nos hace una crítica, es importante
separar nuestra autoestima de esta crítica, es decir: “tú no me estás
criticando A MÍ como persona, sino a algo que yo he hecho o dicho”. Es mi forma
de vestir, por ejemplo, lo que no le gusta de mí, no yo como persona.
3. No
generalices la crítica. Somos un todo, compuesto por cuerpo, mente, espíritu,
habilidades, sentimientos... Como seres humanos estamos formados por diversos
factores que forman un “todo”. La crítica acostumbra a ir dirigida a una parte
concreta de nosotros: a una habilidad, una característica de nuestra
personalidad o una parte de nuestro físico. Es importante no generalizar,
analizar a qué se refiere la crítica y en todo caso decidir si nos la queremos
quedar o no.
4. Cambia “soy”
por “he hecho”. Cuando te equivoques, cuando las cosas no sean como tú
quieres, cambia las frases del tipo “soy un desastre”, “soy tonto”, por frases
que no empiecen por “soy”: por ejemplo, “me he equivocado”, “no me ha salido
como yo quería”, etc. De esta forma estás cambiando el mensaje que le
transmites a tu cerebro.
5. Trátate bien
a ti mismo. ¿Te has planteado cómo tratas a los
demás? ¿Te tratas a ti mismo de la misma forma? ¿O tienes diferentes leyes y
baremos cuando se trata de los demás y de ti? ¿Puedes perdonar los errores de
los demás pero no los tuyos? ¿Cómo reaccionarían tus amigos si les tratases
como te tratas a ti mismo a veces?
NOTA: Si te ha gustado este artículo, compártelo con tus amigos y deja tus comentarios.
No hay comentarios :
Publicar un comentario