El salvador universal


Todos conocemos a alguna persona de aquellas que necesitan estar siempre cuidando de los demás, desvivirse por toda la gente que les rodea y sufrir por todo y por todo el mundo. Pero ¿cómo actúan? ¿Por qué? ¿Qué problemas se derivan de ello?

·         Siempre son los primeros en ofrecerse para todo.
·         Les molesta que no les necesiten.
·         Justifican su vida a través de “cuidar”.
·         No dejan crecer a los que tienen alrededor.
·         Sus frases habituales son:
   Sólo intento ayudarte
   Mira todo lo que hago por ti
   Qué harías sin mi
·         Priorizan las necesidades de los demás ante las suyas propias.
·         No aceptan que se rechace su ayuda.
·         No piden ayuda para ellos.
·         Esperan que los demás también se desvivan por ellos, y siempre se sienten descompensados por sus esfuerzos.
·         A menudo hacen sentir culpables a los demás por no “recompensarles”.
·         Parece que ellos “puedan con todo” y nunca necesiten ayuda.

¿Por qué hay personas que “salvan” a todo el mundo?

Todos buscamos ser amados y apreciados. Y aprendemos diferentes estrategias para conseguirlo. Las personas cuidadoras, probablemente aprendieron desde pequeñas a cuidar de los demás como una forma de recibir el reconocimiento de los otros.

¿En qué nos puede perjudicar dejarnos ayudar por un salvador?

·         No utilizamos nuestros propios recursos.
·         Nos dejamos cuidar y no “crecemos”.
·         Corremos el peligro de caer en dependencia con la otra persona.
·         Entramos en un juego peligroso, porque la persona salvadora cada vez insistirá más en cuidarnos y se sentirá descompensada si no estamos por él o ella. De alguna forma “estamos en deuda”.

¿Qué inconvenientes tiene para la persona salvadora?

·         Descuidar o descontar las propias necesidades anteponiendo siempre las necesidades de los demás
·         No saber pedir ayuda, pensar que “se puede con todo” o que las propias necesidades no son importantes.
·         Pensar que los demás tienen menos recursos que uno mismo.

¿Cómo se puede dejar de ser salvado?

·         En primer lugar, ser independientes. Aunque nos vaya muy bien que alguien nos lo solucione todo, debemos tener en cuenta que se trata de un juego, y que acabará mal para los dos tarde o temprano.
·         Pasarle el mensaje al otro, de que escuche sus propias necesidades, que se cuide a sí mismo, que nosotros ya tenemos nuestros propios recursos.
·         Darles el cariño de forma “gratuita”, por lo que son y no por lo que hacen.
·         El razonamiento también puede funcionar, en algunos casos, para que tomen conciencia de cómo dejan de lado sus necesidades para cuidar de los demás de forma desmesurada.



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