Cómo afrontar las crisis



La vida es una constante evolución. La sensación de estancamiento nos causa un sufrimiento del que intentamos salir. Hay momentos de “lucha”, de construir, de emprender nuevos proyectos, y también hay momentos para relajarse y disfrutar de lo que se ha conseguido. Pero también hay momentos de vacío existencial, de desorientación. Estos son los momentos de crisis.

Las crisis pueden tener dos salidas:

1. Hacia el estancamiento y la desesperación, o
2. Se pueden vivir como una oportunidad para el cambio, para revisar las asignaturas pendientes, para emprender todo aquello que siempre se ha querido hacer, para iniciar cambios en nuestra vida.

Las crisis son grandes oportunidades de cambio.

Podemos distinguir entre dos tipos de crisis:

1. Las crisis sobrevenidas: Quedarse sin trabajo, la ruptura con la pareja, una muerte traumática de alguien muy cercano, etc. nos lleva a la situación de tenernos que re-adaptar a la realidad. Nos provoca una crisis. Esta crisis la superaremos mejor o peor en función de cómo estemos nosotros, del apoyo externo, de nuestra propia personalidad, etc.

2. Las crisis naturales, debidas a la propia evolución: El paso de la infancia a la adolescencia, por ejemplo, supone una fuerte crisis de identidad, es uno de los cambios importantes que hacemos en la vida. Pero hay otros.

Se han descrito hasta 6 etapas en la vida, que suponen una serie de cambios. Entre una etapa y la otra, hay una crisis, que se puede resolver de forma espontánea con un cambio positivo, o puede crear un estancamiento y una mala resolución hacia actitudes y comportamientos negativos.

Las etapas que se han descrito en la evolución de la persona, son:

  • Paso de la infancia a la adolescencia
  • Paso de la adolescencia a la juventud
  • Paso de la juventud al adulto joven (crisis de los 30)
  • Paso del adulto joven al adulto maduro (crisis de los 40)
  • Paso del adulto maduro al anciano
  • Senectud

El hecho de superar bien el cambio de una etapa a otra, está en función de muchos factores: la historia de cada persona, el rol o actitud vital, las circunstancias externas, el apoyo con el que contamos para el cambio, etc.

Si no se ha superado bien un cambio de etapa, será mucho más difícil superar el siguiente, de manera que se irán arrastrando cambios no resueltos.




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