UN PARÉNTESIS EN MEDIO DE NUESTRA RUTINA: Os invito a volver a ser niños


 
Se acerca la Navidad. Hay diferentes formas de vivirla. A algunos les entusiasma, otros la detestan y a otros les es indiferente.

Como ya sabemos, los estudios demuestran que nuestro cerebro se alimenta de lo que le damos: si nuestros pensamientos son positivos, nuestra energía se transformará en emprendedora y optimista. Si dejamos que nos atrape la negatividad, tenderemos al pesimismo, a verlo todo de un color mucho más gris.

Hay momentos en la vida para experimentar todos los sentimientos: tiempo de alegría, tiempo de tristeza, de rabia, de amor, de miedo, de esperanza...etc. Y es necesario dejarlos salir a cada uno de ellos cuando conviene. Hay que llorar cuando estamos tristes, gritar cuando estamos enfadados o buscar soporte cuando tenemos miedo. Nuestro equilibrio emocional depende en parte de nuestra capacidad para saber y poder expresar las diferentes expresiones y sentimientos. Es por esto, que creo que es conveniente que nos permitamos una tregua, un paréntesis en nuestra rutina, y nos tomemos la Navidad como un momento para disfrutar.

Os invito a rescatar los valores inmateriales de la Navidad. Rescatemos la magia de la Navidad. Uno de los secretos de la felicidad radica en valorar lo que tenemos. Os invito a volver a ser niños.
 
Ahora, más que nunca, os invito a cantar villancicos. Coged una pandereta, una zambomba o dos tapas de olla y cantad con todas vuestras fuerzas. Volved a enviar postales de Navidad con sobre y sello, pero hacedlas vosotros mismos, con cartulinas, lápices de colores, purpurina… Id a coger piñas a la montaña y volved a hacer el pesebre. Salid a pasear de noche, a ver las luces de colores y la ciudad engalanada. Pasead por un mercadillo de belenes y sentid el olor de los abetos y el musgo.

Es un buen momento para enseñar a nuestros niños y niñas el verdadero espíritu de la Navidad, para demostrarles que no hace falta comprar, gastar, consumir… para disfrutar. Es un buen momento para rescatar los valores que a menudo olvidamos.

Démonos una tregua para disfrutar, para recordar que estamos vivos, que tenemos salud para seguir adelante, que podemos continuar buscando nuevas oportunidades. Que no estamos solos, que siempre hay alguien que está cerca. Que no hace falta comprarnos el regalo más caro para ser felices. Que podemos cantar, crear, imaginar, abrazar, reír, bailar, oler… dejarnos seducir por la magia de la Navidad.




NOTA: Si te ha gustado este artículo, compártelo con tus amigos y deja tus comentarios.


No hay comentarios :

Publicar un comentario

Entradas populares