21 pautas para sobrevivir a la adolescencia de los hijos (1)



Si tu hijo/a adolescente es rebelde, tienes un hijo/a normal. La rebelión forma parte de la adolescencia. El joven necesita distanciarse, desmarcarse de la familia para crecer. Y esta rebelión va siempre acompañada de angustia por parte del joven y también de angustia y enfado por parte de los padres, que a menudo no entienden qué está pasando.

  1. Es importante que el joven pueda acudir a un adulto de confianza si tiene un problema grave, cuando hay un fuerte distanciamiento entre padres e hijos. Muchas veces, un familiar cercano, hermano mayor, tío, tía, etc., pueden jugar un papel importante en estos momentos.
  2. Cada persona, cada familia tiene su propio estilo, sus principios. No todos los padres lo hacen igual y seguramente está bien.
  3. Los jóvenes necesitan cierta libertad para “ensayar” su nueva vida, y es conveniente darles un espacio (adecuado a su edad) y confiar en ellos. Se pueden equivocar, pero es peor que se queden encerrados en casa.
  4. También hay que darles seguridad y afecto, que se sepan queridos y aceptados, pase lo que pase.
  5. El manejo de la frustración es otro punto importante, saber apoyarles en momentos de “caída”, animarles a levantarse y volver a empezar.
  6. Ante un problema grave, los padres deben hacer un frente común, evitar las desavenencias que a menudo surgen. Hay que evitar las discusiones de quién tiene la culpa del comportamiento de los hijos, acusarse mutuamente, etc., y buscar soluciones juntos.
  7. No es fácil ser padres de un joven que parece que haya perdido todos los modales, la educación y se muestra desafiante y egoísta. En momentos así, los padres pueden caer en una postura radical, de castigos, reproches, que aún distanciará más las posturas. Por más difícil que parezca, hay que tomarlo con calma y tratar de restablecer puentes de diálogo.
  8. Un error frecuente es querer hacer “de amigo, de colega” de los hijos. Éste no es el rol que toca: los padres son los padres y los amigos son los amigos.
  9. El hecho de que los hijos se hagan mayores, también crea en algunos padres y madres la sensación de que “ya no son necesarios”, se sienten desubicados, y puede ser que, de forma inconsciente, no dejen crecer al hijo, que no le dejen marchar.
  10. También se da a menudo el caso de que haya una situación familiar complicada (paro, problemas en la pareja, etc.) y que se haga recaer toda la culpa en la conducta del adolescente. Esto no es justo ni ayuda a nadie.



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