A lo largo de la vida son muchas las circunstancias en las que tenemos que despedirnos de personas, cosas y situaciones. La muerte de alguien cercano es quizás la más evidente, pero hay otra muchas: una separación de pareja, pelearnos con un familiar o amigo, irse a vivir a otro sitio… y también los cambios de casa, de escuela, de trabajo, etc. suponen despedirse de una situación, un lugar, unas personas, una rutina...
En cualquiera de estas situaciones, pasamos por lo que conocemos como proceso de duelo.
Es importante ser conscientes de nuestro duelo y respetarlo. Muchas veces negamos nuestros sentimientos negativos de dolor, tristeza, etc. Pero si tomamos conciencia del proceso que estamos viviendo, nos damos el permiso para vivir la tristeza, la rabia, etc. y nos respetamos un tiempo de luto, será mucho más fácil “encajar” el cambio y aceptar la nueva situación.
1. Aceptación de los hechos: es frecuente pasar por una etapa de negación, de no aceptación de la pérdida. Cuanto más cercana, dolorosa e injusta sea, más nos costará de aceptar. Los finales “súbitos” son más difíciles de aceptar.
Es necesario aceptar la pérdida para poder seguir adelante.
2. Expresión de los sentimientos pendientes: Ante una pérdida es normal sentir tristeza. Y es conveniente expresarla. Muchas personas se hacen “las fuertes” ante la familia o los amigos cuando han padecido una muerte cercana, para “no preocupar” a los demás. Pero pueden aparecer otros sentimientos que nos confundan, como rabia, miedo, alivio...
3. Ceremonia de despedida: Es muy importante despedirse. Muy importante. El funeral y el entierro son rituales sociales destinados a decir adios a la persona que se ha ido. En todas las culturas se hacen ceremonias de despedida para los difuntos. Podemos escribir una carta, llevarle flores, o cualquier otro acto que nos ayude a elaborar este proceso.
4. Tiempo de duelo: Es el tiempo que la persona necesita para rehacerse después de una pérdida. Varía mucho en función de la personalidad de cada uno y la gravedad de la pérdida. Pero negarse este tiempo de luto es una forma más de negar la pérdida y no nos beneficia.
5. Recibir el presente: Cuando se van pasando las diferentes etapas del duelo, una vez aceptada la pérdida, expresados los sentimientos, despedida la persona o situación y después de un tiempo prudencial para rehacerse, conviene recibir el presente. Y conviene recibirlo con plenitud, como una nueva etapa de la vida llena de posibilidades.
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