4 etapas en la vida de la pareja (3)



Negociar las diferencias en la pareja:

Una vez superadas las fases del enamoramiento inicial y de simbiosis (o “ir juntos a todas partes”), empieza la etapa de la diferenciación de las dos personas y la negociación de los diferentes aspectos que rodean a la pareja.

Son muy importantes los puntos que hay que definir, pero si dedicamos esfuerzos a esta etapa, estaremos construyendo una relación sólida y duradera.

Habrá que trabajar la fidelidad y la confianza, definir los términos que son válidos para los dos.
  • En este aspecto, hay parejas que son más abiertas y las hay más cerradas.
  • Conviene definir hasta dónde se puede llegar y qué límites no deben traspasarse, y esto lo tiene que acordar cada pareja a su medida, buscando un punto en común.
A menudo me encuentro con persona que viven este punto (fidelidad y confianza) con gran inquietud, en función de sus experiencias pasadas. En este caso, conviene separar nuestros miedos, de la persona que tenemos delante. Todo el mundo se merece un voto de confianza, y más si es nuestra pareja.

También es conveniente hacer un ejercicio muy importante que es la aceptación.
  • Habrá que aceptar que el otro no es perfecto ni está en este mundo para llenar todas mis necesidades y expectativas.
  • Aquí entran en juego las carencias de cada cual, las experiencias de nuestra infancia.
  • A menudo se confunde el rol que ha de ejercer nuestra pareja, se espera que sea omnipresente en nuestra vida, que adivine todas nuestras necesidades y estados de ánimo y haga exactamente aquello que esperamos de él o ella, como si se tratase de la relación de una madre con su bebé.
  • Esto pasa no sólo en las relaciones de pareja sino también con las amistades, familia, etc. Se atribuyen al otro “dotes adivinatorias”, es decir, “él o ella ya sabe cómo estoy, ya tiene que saber cómo me siento, y también qué necesito...”; y si el otro no tiene una bola de cristal, es muy posible que no se dé cuenta de todo eso.

  • La actitud racional y lógica es comunicar cómo estamos y pedir lo que necesitamos del otro, siempre teniendo en cuenta los límites de la otra persona, es decir, respetando que el otro tiene el derecho a darnos o no lo que le pedimos.
  • Hay personas que son más empáticas que otras (tienen la capacidad de ponerse en la piel de los demás e imaginar cómo se sienten).
  • Hay personas que no son empáticas y no quiere decir que no nos quieran o no les importemos. Simplemente, no tienen esta capacidad.
  • Todo esto, como los otros temas, se resuelve hablando, pidiendo, aceptando, respetando, negociando...

Hay diversos temas que acostumbran a ser fuente de conflicto en las parejas y que habrá que ir trabajando:
  • Qué se hace con el tiempo libre, aficiones, fines de semana, vacaciones, etc.
  • La cuestión económica: cómo se administra el dinero, quién lo hace, en qué se tiene que gastar (cada cual tiene su propio estilo, hay quien es más ahorrador, cada persona gasta más dinero en una cosa o en otra según sus preferencias).
  • La relación con las familias, las celebraciones familiares.
  • Los amigos propios y del otro.
  • La sexualidad: diferencias de ritmo, necesidad, preferencias...

Todo esto requiere diálogo, aceptación, tolerancia y tiempo. Enamorarse es muy fácil. Construír una relación de pareja sólida y duradera es una obra de ingeniería.




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Pilar Morey Bulbena
Telf.: 605 52 52 81


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