Hay diferentes temas que acostumbran a ser fruto de disputas y desavenencias entre la pareja. Es necesario establecer unos acuerdos claros, sentar unas bases cuando se está construyendo la relación, para evitar estos enfrentamientos.
Fidelidad y confianza:
- Hay parejas más abiertas y las hay de más cerradas. Habrá que definir hasta dónde se puede llegar y qué límites no se deben traspasar, y esto lo ha de acordar cada pareja a su medida, buscando un punto en común y por supuesto, respetarlo.
- A menudo me encuentro con personas que viven este punto (fidelidad y confianza) con gran angustia, en función de sus experiencias pasadas.
- En este caso, deberíamos separar nuestros miedos de la persona que tenemos delante. Todo el mundo se merece un voto de confianza, y más si es nuestra pareja.
Aceptación:
- Es necesario aceptar que la otra persona no es perfecta ni está en este mundo para llenar todas mis necesidades y expectativas.
- Aquí entran en juego las carencias de cada cual, las experiencias de nuestra infancia.
- Con frecuencia se confunde el rol que tiene que ejercer nuestra pareja, se espera que sea omnipresente en nuestra vida, que adivine todas nuestras necesidades y estados de ánimo y haga exactamente lo que esperamos de él o ella, como si se tratase de la relación de una madre con su bebé.
Comunicar y pedir:
- No solamente en las relaciones de pareja sino también con las amistades, família, etc. a menudo se le atribuyen al otro “dotes adivinatorias”, es decir, “él o ella ya sabe cómo estoy, ya ha de saber cómo me siento, debe de saber qué necesito...”
- Si la otra persona no tiene una bola de cristal, es imposible que se dé cuenta de todo esto. La actitud racional y lógica es comunicar cómo estamos y pedir aquello que necesitamos del otro, siempre teniendo en cuenta los límites de la otra persona, es decir, respetando que el otro tiene derecho a darnos o no lo que le pedimos.
- Hay personas que son más empáticas que otras (tienen la capacidad de ponerse en la piel de los demás e imaginar cómo se sienten). Hay personas que no son nada empáticas y no significa que no nos quieran o no les importemos. Simplemente, no tienen esta capacidad.
- Todo esto, como los demás temas, se resuelve hablando, pidiendo, aceptando, respetando, negociando...
Hay diversos temas que acostumbran a ser fuente de conflicto en las parejas y que habrá que ir trabajando:
- Qué se hace con el tiempo libre, aficiones, fines de semana, vacaciones, etc.
- La cuestión económica, cómo se administra el dinero, quién lo hace, en qué se ha de gastar (cada uno tiene su propio estilo, hay quien es más ahorrador, cada persona gasta más dinero en una cosa u otra según sus preferencia).
- La relación con las familias, las celebraciones familiares.
- Los amigos propios y del otro.
- La sexualidad: diferencias de ritmo, necesidad, preferencias...
Todo esto requiere diálogo, aceptación, tolerancia y tiempo.
Enamorarse es muy fácil. Construír una relación de pareja sólida y duradera es una obra de ingeniería.
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