Cuando una relación se acaba (1)


1. INDICADORES

Todas las parejas discuten y también pasan por momentos difíciles: però ¿cómo sabemos que una relación va mal? ¿Cómo sabemos si una crisis es pasajera o profunda? Hay algunos indicadores de que la relación no funciona:

La falta de comunicación: Cuando, a pesar de las obligaciones laborales y sociales, no encontramos el espacio para dialogar con la pareja, eso crea un distanciamiento que, si no se le pone remedio, acaba convirtiéndose en un abismo.
Es fundamental hablar con la pareja: hablar de proyectos, ilusiones en común, explicarle nuestros problemas, nuestras preocupaciones, miedos, deseos, ilusiones… y, como parte de la comunicación, es importante sentirnos escuchados y que la pareja también comparta todo esto con nosotros.

Muchas parejas, con el paso del tiempo, con la llegada de los hijos, el cuidado de los padres, el trabajo y un largo etc. de obligaciones, se olvidan de comunicarse con la pareja, de compartir. Es preciso detectar ese distanciamiento y ponerle remedio antes de que el abismo sea demasiado grande.
Hay que buscar el espacio para hacerlo: solos, tranquilos, con un poco de tiempo, sin estar demasiado cansados…

El tiempo en común: cuando cada vez pasamos más tiempo en el trabajo, o en el gimnasio o con los amigos, deberíamos preguntarnos si estamos evitando pasar más tiempo con la pareja. Es importante encontrar un espacio para cada uno, però sin olvidar la importancia de encontrar espacios para la pareja. Y eso, cuando amamos a la otra persona, cuando estamos a gusto a su lado, no nos supone un esfuerzo. Se da de forma espontánea.

El contacto físico: si bien es cierto que la pasión de los primeros tiempos da paso a una relación más «relajada», es importante que siga habiendo ternura, intimidad, ganas de compartir besos y abrazos con la pareja. Planteémonos si lo estamos evitando y qué pasa con eso.

Los valores y las aspiraciones: aunque cada persona crece y evoluciona de forma individual, es importante que compartamos algunos valores (que pueden ser morales, sociales o políticos, etc) con la pareja y también ilusiones y proyectos en común: un viaje, una reforma en la casa...

La sinceridad: no es necesario compartir todos y cada uno de los pensamientos con nuestra pareja. Pero si nos guardamos más secretos de los que compartimos, si tendemos cada vez más a guardárnoslo todo para nosotros, nos hemos de plantear qué está pasando con la confianza. Tal vez nos sentimos juzgados. Tal vez hemos perdido la intimidad con nuestra pareja.

Estos son algunos de los indicadores de que la cosa no va bien. Hay otros. Pero al final, son dos personas las que forman la pareja, y son los dos los que han de hacer el esfuerzo y tener el valor de hablar de ello, de afrontar los problemas y ponerles solución.

Lo más frecuente es que dejemos pasar el tiempo, creyendo que «ya pasará», que es «una cirsis pasajera». Esto, generalmente, sólo hace mayor el abismo y el distanciamiento.

Però ¿cómo sabemos si es el momento de decir adios?




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