Los abusos sexuales en la infancia (4)


CUANDO EL ABUSADOR(A) ES UN FAMILIAR



Continuando con este difícil tema, tenemos que hablar, inevitablemente, del incesto. La mayor parte de los abusos se cometen dentro del entorno más próximo a la criatura.

  • Cuando el abusador es un familiar cercano, como un hermano mayor, el abuelo, el padrastro o el propio padre, entran en juego otros factores que lo complican.
  • También hay mujeres abusadoras, pero estadísticamente es muy poco frecuente. Cuando una mujer de 20 y tantos o 30 y tantos abusa de un niño de 12, por ejemplo, culturalmente tendemos a decir que “le ha iniciado”. La diferencia de edad y experiencia, evidentemente, lo convierte en un abuso, tan traumático para el niño como lo es para una niña.
  • Lo más seguro es que el abusador lo niegue y se indigne. Entonces, la tendencia de los padres (o la madre cuando se trara de su pareja, por ejemplo) es la negación, negarse a creerle, hacer “como si no pasara nada”, o al menos, ponerlo en duda.
  • Es muy duro pensar que tu propio padre, pareja o hermano está abusando de tu hijo o hija.
  • La única alternativa, cuando se trata de la pareja, será la separación, basándose en creer al niño o niña en contra de la palabra (e indignación) del abusador.
  • Dificilmente un abusador lo reconocerá. Los abusadores acostumbran a auto-justificarse: “Se lo está inventando para separarnos”, “sólo quiere llamar la atención”, o “es una forma de cariño”, “el niño o niña no opuso resistencia”, “tampoco hay para tanto”…
  • Cuando el abusador es el tío o abuelo, se pueden formar bandos, los que creerán a la niña o niño y los que creerán al abusador, y la família se dividirá: pensemos en cómo podemos sentarnos a la mesa de Navidad con el abusador de nuestra hija. Pensemos en el dolor que supone para una persona romper con su propio padre para proteger al hijo. Es mucho más fácil desapuntar al niño o niña del baloncesto, que romper con la familia o la pareja. Así pues, cuando los abusos se dan dentro de la família, la cosa es mucho más complicada. Lamentablemente, es el caso más frecuente.
  • En algunos casos, se culpa a la víctima por “haberlo dicho”: “en qué lío nos has metido a todos”, “¿y ahora qué hacemos?¿elegir entre él o tú?”, “has roto la familia”. Desgraciadamente, cuando esto sucede, la víctima vuelve a convertirse en víctima otra vez, al sufrir la indefensión, la falta de comprensión por parte de familiares cercanos, que deberían apoyarla.
  • Es muy importante que la víctima lo pueda explicar y que le crean, así como apartar al abusador de ella. Por más difícil que esto parezca, es nuestra obligación proteger al menor. No sirve minimizarlo, “ya no lo hará más”, “no te dejes”…
  • Cuando la persona lo explica años después, ya de adulta, también se tiende a pensar que “ya pasó”, que “ya no tiene importancia”. La persona abusada, ha tenido que hacer acopio de valor para explicarlo, y bien seguro que aún sufre las secuelas. Hay que escucharla y darle apoyo.


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