El secreto de la felicidad


Estamos programados desde antes de nacer. Hay unas expectativas puestas sobre el bebé que nacerá:
  • Hay padres o madres que quieren claramente un niño, o una niña.
  • Que sea inteligente, que sea tranquilo, o movido.
  • Rubio, moreno, muy guapo, o muy espabilado…

Si preguntamos a una madre embarazada cómo quiere que sea su hijo, inevitablemente nos dirá, en primer lugar, que quiere que nazca sano. Y en segundo, «que sea feliz» o que «sea lo que quiera ser».

Pero ¿qué tiene que hacer esta nueva personita para ser feliz?

Una de las cosas que primero se espera del bebé es la primera sonrisa: cuando el niño ya sonríe, todo el mundo está contento. Pero hay expertos que aseguran, que la sonrisa del bebé no es nada más que una imitación de lo que ven, un acto reflejo… Todos quieren hacer reír a los pequeños: les hacen cosquillas, hacen pallasadas, etc, para hacer reír al niño o niña. Nos gusta verles reir. Si un niño se ríe, quiere decir que es feliz… o al menos eso creemos nosotros. Y eso nos tranquiliza.

Pero el niño o niña va creciendo. Empieza a tener conflictos con los otros niños. Con los hermanos. La madre no está ahí las 24 horas, tal y como él quisiera. Se le quita el chupete, se le lleva a dormir solo a otra habitación, se le quitan los pañales… todo esto es necesario para su evolución, obviamente.

Pero también irá aprendiendo que no todo es un camino de rosas: la vida está llena de contratiempos, de contrariedades y de frustraciones, y también de buenos momentos, de alegrías. Hay un tiempo para el miedo, para la rabia, la tristeza, y también para la alegría.

El niño o niña irá aprendiendo a manejar su frustración, sus sentimientos, sus miedos y sus conflictos. Y en este proceso de aprendizaje, influirán muchos factores:
  • Por un lado, el carácter del niño: los hay más tranquilos, más movidos, los hay que lloran por todo.
  • Después está su entorno: lo que ven. Lo que observan y viven. Aprendemos desde pequeños a manejar las diferentes situaciones.

Aún así, me encuentro con adultos que creen que la felicidad es «la ausencia de problemas». Eso es un concepto idílico. La vida está llena de contratiempos y de nosotros depende cómo los vivimos, cómo los padecemos o ignoramos.

Pero la felicidad continúa siendo un concepto abstracto: en nuestro inconsciente hay mensajes sobre lo que hemos de conseguir en la vida para ser felices:
  • ¿un buen trabajo? ¿mucho dinero? ¿éxito? ¿una pareja? ¿libertad?

Para cada persona es diferente. Pero ¿qué pasa cuando no lo conseguimos?
¿Verdaderamente es necesario tener pareja para ser feliz? ¿o tener un trabajo fijo? ¿o una família ideal, muy unida?

El secreto de la felicidad, consiste en sentirse bien con uno mismo y con la vida, sean cuales sean las circunstancias. Sería más bien, tener un equilibrio, una estabilidad, que pase lo que pase a nuestro alrededor, no se rompa.

La mayoría de personas a quienes les pregunto qué es para ellos la felicidad, coinciden en unas pocas cosas: Aceptar lo que no se puede cambiar, valorar lo que somos y lo que hemos conseguido. Vivir los momentos, disfrutar de los buenos momentos: un café con los amigos, un paisaje, una pel·lícula… valorar los pequeños detalles de la vida.

En conclusión, valora más lo que somos y tenemos, que lo que no somos ni tenemos.

Y para tí, ¿cual es el secreto de la felicidad?



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