Los cambios de 180º

(Dedicado a Raquel)


Nuestras vidas pasan por diferentes etapas, que se podrían resumir en 4 fases:
  • Fase de estabilidad
  • Fase de inquietud
  • Fase de crisis
  • Fase de cambios
  • Vuelta a la estabilidad

1. La fase de estabilidad:

Es una fase, que puede durar más o menos, en la que nos sentimos en paz y en la que disfrutamos de bastantes momentos de felicidad.
La felicidad no es un estado permanente de satisfacción, más bien consiste en encontrarse en equilibrio y a gusto con uno mismo.
La felicidad tampoco es la ausencia de problemas: se trata de que estos no nos desequilibren. Si estamos a gusto con nosotros mismos y con la vida, los problemas se “capean” sin causarnos grandes perturbaciones.
Es cuando no estamos bien, cuando cualquier contratiempo nos parece una montaña insalvable.
La felicidad la encontraremos en nuestro interior, cuando estemos en armonía con nuestro entorno. Es absurdo buscarla fuera, en otra persona por ejemplo.

2. Fase de inquietud:

Es cuando vivimos en lo que se conoce como “zona de confort”. Es una zona estable, conocida, en la cual nos sentimos seguros, pero que no nos hace felices, puede ser que incluso nos esté mortificando.
A veces preferimos lo malo conocido. Nos hemos habituado a nuestra situación actual.
Salir de la zona de cofort implica abandonar nuestro refugio seguro, conlleva un riesgo.
Cuando estamos demasiado tiempo en esa zona, caemos en el estancamiento. Nos bloqueamos. Dejamos de confiar en nuestras capacidades. Nos dormimos.
Dar un paso hacia adelante para salir de esa zona, supone una crisis. Cuánto tiempo tardemos en salir de ahí, dependerá en gran parte de nuestra capacidad para adaptarnos al cambio, a nuestros miedos, a los apoyos con que contemos…



3. Fase de crisis:

Muchas veces salimos del estancamiento cuando no podemos aguantar más una situación: tenemos que llegar al límite para reaccionar, para salir. Tal vez deberíamos replantearnos si vale la pena llegar a ese extremo, o si sabiendo que tarde o temprano tendremos que cambiar, vale la pena arriesgarse y salir antes, no sufrir tanto, y marcharnos con la autoestima y la energía menos desgastadas.

4. Fase de cambios:

Cuando una persona pasa por una situación de crisis existencial, cuando fallan los cimientos de su vida, ya sea por una separación de pareja, perder el trabajo, o simplemente asumir que no es feliz, es un momento de ruptura, que se puede aprovechar para hacer cambios profundos.
Cuando estamos estables, hacemos muy pocos cambios. Cuando nos movemos en la zona de confort, nos estamos conformando con una vida que no nos llena, pero aún así nos aferramos a ella.
Es con la crisis, cuando podemos hacer cambios en nuestra vida. Y de nosotros depende si esos cambios son positivos, o nos dejamos arrastrar por la desesperación y el estancamiento.
Una crisis fuerte conlleva un cambio profundo, y aunque sea difícil y doloroso, aunque nos provoque momentos de miedo, de tristeza, de incertidumbre, bien seguro que a la larga será positivo. Es una oportunidad de mejorar nuestra vida.
La crisis de cambio requiere que nos analicemos, que escuchemos nuestras necesidades y deseos, que nos replanteemos si estamos caminando en la dirección correcta para alcanzar nuestros objeticos. Supone tomar decisiones, romper esquemas que no nos sirven, y arriesgarnos.

En conclusión, una crisis es una oportunidad de cambio, una ocasión para mejorar nuestra vida, revisar nuestros valores y aspiraciones y para replantearnos cuál es el sentido de nuestra existencia. Y siempre es algo positivo.



NOTA: Si te ha gustado, por favor comparte. Y si quieres hacer algún comentario, me será muy útil y de gran interés.

Telf.: 605 52 52 81

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Entradas populares